Aunque no cambie por nada del mundo a los dos maravillosos monstruos que tengo por hijas, reconozco que la paternidad, la concilación laboral, la compra, las lavadoras y el intentar recoger la casa para que no parezca un chiquipark en horas bajas, nos están dejando poco margen para respirar si no es para ir a la cama a dormir.
7.9.22
10.8.22
Si algún recuerdo bueno me quedará de la pandemia, será el de cuando cargaba a mi hija mayor al coche e íbamos a buscar la cena al Bardeni.
17.7.22
12.3.22
12.2.22