La semana pasada fuimos a cenar a un restaurante donde nos trataron francamente mal.
No cenamos mal del todo, pero fueron tan expresamente antipáticos que el cuerpo me pedía una crónica explicativa de los motivos por los cuales debería evitarse a toda costa el lugar.

El hecho es que no es mi estilo hablar mal de nadie y el objetivo de este blog debe ser compartir la buena gastronomía y no aquella que de pie al despotrique fácil y gratuito, por mucho que se hayan hecho méritos para ello. Por algo el blog se llama El Morro Fino.
Por eso mismo, y por coherencia con esta reflexión, he retirado de los anteriores artículos alguna que otra referencia de sitios a evitar. Lo dijo Ferran Adrià en su entrevista a la carta: no hay que hablar mal de lo sitios y yo no voy a ser menos: hablaré bien de lo que me gusta, y lo que no me gusta, no tendrá lugar aquí.

Y de quien sí hay que hablar es de la coctelería GIMLET de Javier de las Muelas, que visitamos tras salir de cenar del sitio en cuestión.
Ya había estado ahí en alguna ocasión y la verdad es que hay una enorme barra al fondo que es ideal para ir con un grupo de gente: estás en taburetes, ves cómo preparan los cócteles y no molestas a (casi) nadie. También hay mesas y diría que hasta se puede cenar.
Recomiendo el FOX, una versión helada/granizada del Gimlet, un cóctel muy dulce de dos partes de ginebra por una de jarabe de lima.

Y si no, para los más James Bond, siempre está el Dry Martini.



Entre 11 y 12 euros por cóctel, más que razonable.
Hay que ir alguna vez.

Gimlet
Santaló, 6
Barcelona
93.201.53.06
http://www.gimletbcn.com


Título de post con doble sentido.
Para mi hablar de Cadaqués es hablar de Susana.