Hace ya unos años que solemos hacer pequeñas grandes incursiones en L'Empordà.
Nos gusta el paisaje, nos gusta la comida y rara es la vez que no nos sentimos a gusto. De hecho, nos gusta hasta el trayecto en coche. Pero la verdad es que, cuando nuestros amigos nos dijeron que nos mandaban un fin de semana a casa de los Jordà Giró, no nos hacíamos ni una pequeña idea de lo que nos esperaba.