El fin de semana pasado fue sin duda uno de los mejores del año.
Salimos los cuatro el viernes tarde hacia La Garrotxa y no volvimos hasta el domingo noche, agotados y felices.
Como buenos turistas de ciudad que van a la naturaleza el fin de semana, caminamos entre hojas de otoño, subimos a caballo, paseamos entre volcanes, comimos, bebimos y reímos mucho.
Una de las motivaciones de escaparnos a Olot era sin duda el reencuentro con Anna, Ivan y su familia dels 5 Titius, a quien mi mujer y mis hijas conocieron en el restaurante Normal mientras a mi me se me llevaban en ambulancia tras desmayarme en media comida de mi cuarenta cumpleaños (si no lo han leído, les invito a que se paseen por el post y se rían un rato).
El caso es que, a parte de cuidarnos a la niñas ante tal dantesca situación, Ivan y Anna tienen en Olot una tienda y distribuidora que da vértigo, especializada en vinos naturales y cervezas artesanas.
Ivan dice que si un restaurante cuida poco su carta de vinos, no esperes que preste mucho más cuidado a lo que te da de comer. Una reflexión con bastante sentido común.
Nos alegró reencontrarnos, saludarles sin ambulancias alrededor y pasar un rato juntos, con nuestros hijos jugando y alguna copa de vino en la mano.
Ivan y Anna tienen una tienda increíble.
Si pasan por Olot, entren y pregunten. Saldrán con algo bueno seguro.
Fins a la propera amics!