Es Còdol Foradat Formentera, la langosta y el año que viene que llegó doce años después


La primera vez que pisamos Formentera fue hace doce años.

Por aquel entonces, había una crisis mundial que llevaba madurando des del 2008 y en España estaba en su punto más catastrófico. El paro estaba por las nubes y en las noticias, periódicos y programas de televisión solo se hablaba de la prima de riesgo, que curiosamente ni era prima nuestra, ni sabíamos que riesgo tenía, pero que nos preocupaba muchísimo porque las inversiones en obra pública, y por lo tanto nuestro trabajo, se supeditaban a su salud. O eso nos habían dicho y, peor aun, nos habíamos creído.

Así que, como el lector podrá imaginar, en el 2011 cuando pisamos Formentera éramos dos jovenes sin demasiado dinero en la cuenta, bastante preocupados por nuestra continuidad laboral, que sufrían por algo que, visto ahora en perspectiva, estaba muy lejos de poderlo entender y mucho menos controlar.

Cierto es que nuestro viaje no fue nunca low cost, pero cierto es también que había ciertas cosas que no nos planteábamos hacer ni por asomo, como por ejemplo, pedir un plato de langosta de Formentera.

Cinco días después de pisar la isla, hace poco más de doce años, nos íbamos renovados, más enamorados de lo que habíamos llegado (comentario cursi lo sé), felices de haber descubierto el paraíso que es Formentera y, lo mejor, habiendo lobotomizado a la prima, a su riesgo y a la madre que las parió a las dos (perdón, me ha salido así).

El caso es que, mirando desde el ferry que nos devolvía a Ibiza, dijimos eso tan poético de "el año que viene volvemos".

Bien. Doce años después, una pandemia, otra crisis de la construcción de por medio y dos hijas que nos acompañan a todos lados, decidimos que ya era hora de volver a Formentera. Esta vez, por si a caso el año que viene llegaba doce años más tarde, decidimos aplicar la política de pájaro en mano y la langosta, pues cayó en Es Còdol Foradat, uno de los restaurantes que Nandu Jubany tiene en la isla.

El bicho que nos zampamos entre los cuatro

Como podrán leer en todos lados, Es Còdol Foradat es seguramente uno de los restaurantes mejor situados de la platja de Migjorn, casi tocando a la orilla. El restaurante era ya un clásico de Formentera antes de que lo cogiera la familia Jubany, pero ahora está reformado impecablemente, cosa que a nivel de confort marca muchísimo la diferencia con otros clásicos de la isla que siguen estando igual o peor que hace doce años en nuestra primera visita.


Para mi, que no soy nadie, la virtud de Nandu en este restaurante es que se cocina Formentera. Con esa ubicación y ese local, Jubany podría vivir muy bien con un restaurante de grandes hits de su cocina al precio que quisiera. Pero no, la carta es un reflejo de la isla y uno encuentra lo que cabría esperar en un buen restaurante de comida local pero, por su puesto, con un nivel de sala y cocina excelente.

Pomada en versión cóctel refinado

Bebí pomada, cóctel de limón y ginebra clásico de Baleares, comimos croquetas, porque mis hijas las vieron pasar, unos mejillones soberbios y el Frit de Langosta, que haciendo demagogia, no es otra cosa que el bicho descuartizado, con un sofrito bestial de cebolla y pimiento, patatas impecables y huevos perfectamente fritos.

Croquetas de rostit

Mejillones a la brasa

El frit de langosta

Tarta de queso

Y, sin más, yo me lo pasé como un niño.
Y sí, pienso volver al año que viene. Aunque sea de aquí doce.



Es Còdol Foradat
Venda Descamarí, Platja de Migjorn Platja de Migjorn , 4292, 07871, Illes Balears