Coure, el beef bourguignon y la pasta del día de la que me comí dos raciones por la jugada que instagram le hizo a mi mujer (Crónicas Euclideas, primera parte)


Como muchas otras cosas que pasan en una relación y que nadie asume como ciertas, pero que en realidad lo son, mi mujer tiene secuestrada mi cuenta de Instagram.
Solo la mira y la cotillea un poco entre amistades y restaurantes, pero, aunque me fastidia relativamente, es una de esas concesiones matrimoniales por las que hace tiempo tiré la toalla y decidí no discutir.


El caso es que, antes de Navidad (lo sé, voy tardísimo), el Restaurant Coure del Passatge Marimón colgó en sus redes sociales un platazo de estofado, el beef bourguignon, que sedujo a Susana a la primera de canto. A los pocos días colgaron la foto de un plato de pasta, que acabó desencadenando la típica controversia familiar.

El beef bourguignon, un estofado de traca.

- ¿Por qué no hemos ido nunca al Coure? 
- Hemos ido: tu y yo a la barra y también fui yo con M.Àngels y Sergi al restaurante de abajo.
- Ah. Pues yo también quiero ir abajo.
- Ah. Pues vamos.

Así que nos plantamos en el Coure y pedimos el Beef  y la pasta, que no siempre es igual, y ese día era de erizos, un bichejo marino cuyo sabor a mar a mi me chifla y, dicho sea de paso, mi mujer detesta.

El caso es que Instagram había deslumbrado de tal manera a Susana, que la pasta ya estaba pedida antes de que el jefe de sala hubiera acabado de pronunciar el nombre del animal, con lo que, como el lector ya imaginará, cuando llegó la pasta, no tuve más remedio que comerme las dos medias raciones de unos linguinis que, las cosas como son, eran para tirar petardos.

Media ración de la pasta. Linguinis con erizos de mar. Pecado capital.
Al Coure no había vuelto desde el 2012, cuando celebramos en su día el final de mi etapa como como profesor asociado de Álgebra y Geometría en la Escuela de Caminos. Celebración de una etapa muy bonita, con dos jefazos increíbles que, sin su previo consentimiento, serán el nexo de esta historia con algunas de las próximas que escribiré y que, cariñosamente, llamaré Historias Euclideas porque, igual que en los Espacios Euclidios, el Producto será su protagonista.

Berenjenas con parmesano, tomate, albahaca y alcaparras. Sumamente delicadas.
Bacalao con verduritas. Pescado excelente.
El Coure sigue funcionando igual que la última vez que estuve: una barra en el piso de arriba y una sala en el de abajo. Hay que llamar antes, si no es imposible ir ni arriba ni abajo. Leo lo que escribí en su día y veo que el precio sigue en el mismo orden, algo que me parece tan remarcable como felicitable.



Conflicto de la paste a parte, en el Coure comimos muy bien, fuimos excelentemente atendidos y nos quedamos con la sensación de habernos estado perdiendo este sitio durante tanto tiempo, con el agravante de haberlo pisado con anterioridad y no saber exactamente porqué no habíamos vuelto.
Desde luego, no tardaremos tanto en volver.

Coure
Passatge de Marimon, 20. Barcelona
932 00 75 32