Un Pepito en el Pepito

Hace ya un par de meses que visitė el Pepito con mi amigo Albert.

Situado en un céntrico callejón (o "pasaje de l'Eixample", si uno se pone muy fino), el restaurante se esconde un poco del meollo que hay entre las calles Mallorca y Valencia y, a pesar de no estar a primera vista, el día que fuimos estaba lleno. Llegamos sin reserva y cenamos de puro milagro.

El local es moderno y chulo, con mesas bajas y asientos de sofå. El ambiente es muy agradable y, atención que voy a destacar algo que debería ser una tónica habitual: el personal, en especial al jefe de sala, es tremendamente agradable, casi rozando lo encantador. 
Ya solo para dejar que te traten tan bien, vale la pena asomarse por ahí. 

Para comer hay un poco de todo. El buen hombre nos explicó con detalle la carta por si teníamos alguna duda y, a pesar de ello, optamos por un menú relativamente carnívoro.


Empezamos con unos buñuelos de bacalao y unas chips de verduras. Buenas las dos cosas.

 

Probamos un Pepito, que era como casi obligatorio con el nombre del restaurante, con un huevo frito y sobrasada


Pero sin duda salivamos hasta la extenuación con el meloso de ternera. Tremendo de verdad. Se deshacía en la boca que daba gusto.

Y de postres muy buenas las texturas de chocolate

 

Y la espuma de crema catalana.



Con dos cañas, dos copas de vino Fulanito y los cafés, encontramos el precio más que correcto.



No mencionaré de nuevo el excelente trato.
A mi me gustó.

Pepito Restaurante
Pasaje Domingo 3 bis
Barcelona
932.506.725