Zamora 2013. Periplos y peripecias gastro-vacacionales


Este es un post escrito con las dos manos, casi dos meses después de unas vacaciones algo accidentadas. El contexto es rápido y la secuencia igualmente fugaz: tercer día de vacaciones en Zamora, caída tonta - tortazo con cierta gracia - brazo derecho roto para todo el verano.



La verdad es que ir con un brazo inmovilizado durante todo el periodo de disfrute estival no acaba de responder del todo bien a las expectativas vacacionales que uno se ha hecho a lo largo de todo el año. Pero, las cosas como son, un brazo roto es solo eso, un brazo roto, y siempre queda el otro para poder atacar los pinchos y chuletones variados que ofrece el paisaje castellano-leonés.

Peripecias a parte, mi estancia anual en tierras de Zamora es casi imprescindible para poder regenerar mis niveles de sosiego y paz interior, algo aniquilados durante todo el año. Disfruto no escuchando ni un miserable ruido, redescubriendo que el cielo no es de color gris, sino azul, y viendo que cuando se pone el sol salen las estrellas, quienes yo había pensado que con la crisis estarían apagadas por aquello de no consumir luz. Un poco cursi, lo sé, pero todavía no sé cómo sobrevivimos amogollonados en las ciudades, luchando cada día para que nadie se nos cuele en la cola del pan (prefabricado).

Gastronómicamente... en Zamora se come muy bien.Y punto. El pan sabe a pan, la verdura a verdura y la carne es algo fuera de serie (anótese, entre otros, la ternera de Aliste). Con una materia prima así, uno se pasa salivando todo el día.

En este post hablaré de varios sitios, a pesar de que algunos merecerían un post singular para ellos solos. Más adelante, en los años y viajes que vendrán, prometo desglosarlos y darles el trato que se merecen.

1. Pinchos EL LOBO.
Tremendo pincho de cerdo adobado a poco más de 1 euro cada uno. Ni en Zamora, ni en ningún otro sitio, creo haber disfrutado tanto con unos pinchos de carne. Tienen de dos tipos, los que pican y los que no, y la comanda se transmite a cocina con el curioso grito abreviado de "¡uno que sí, dos que no!".  Ir a Zamora y no pasar por aquí es rozar el delito.




El Lobo
Calle del Horno de San Torcuato. Zamora
980 53 41 65


2. Los caprichos de Meneses
Un bonito sitio de tapas trabajadas y con cierta creatividad que se sale de las tapas típicas basadas en la casquería, muy típicas de la zona. A nosotros nos gustó. Tiene terraza al lado de la bonita iglesia de San Miguel y restaurante en el interior.

  


Los Caprichos de Meneses
Plaza San Miguel, 3. Zamora
980 53 01 43
http://www.loscaprichosdemeneses.com/

3. La Rua
A este restaurante fuimos expresamente para probar el tremendo arroz zamorano, con casquería variada (cómo mínimo había oreja cortada muy pequeñita) y el clásico pimentón dulce, muy presente en la gastronomía zamorana. Se hornea en una cazuela de barro en un horno tradicional. Nos chupamos los dedos y rematamos con unas cañas zamoranas de crema.

 




Restaurante La Rua
Calle de la Rúa de los Francos, 21. Zamora
980 53 40 24

3. La Venta de los Arribes (Entre Formariz y Fermoselle)
A unos 45 minutos de Zamora, habiéndonos adentrado en los pueblos de la comarca de Sayago, se encuentra La Venta de los Arribes, un hotel rural dónde se pueden tomar unos pinchos o hacer una maravillosa cena, con un solomillo de lágrima. Quedarán grabados en nuestra memoria los champiñones y el morro. Casi lloro con este último y no hablo por hablar.

 


La Venta de los Arribes
Ctra. Zamora-Fermoselle, km. 56
49230 Formariz de Sayago, Zamora.
980 61 35 36
http://www.laventadelosarribes.com


4. Posada de Doña Urraca (Fermoselle)
Sin duda alguna, Fermoselle es uno de los pueblos más bonitos de Zamora. Justo en la entrada, habiendo remodelado a todo lujo un antiguo cuartel de la Guardia Civil, se encuentra la Posada de Doña Urraca, genialmente gestionada por la familia Puente-Robles, enormes profesionales de la carnicería y embutidos.
El lector comprobará el tamaño del tremendo solomillo (véase el foie que hay encima y hágase la comparación...) y del chuleton que se sale del plato. Vamos cada año sin excepción.






Posada de Doña Urraca
Calle Requejo, 272.
49220 Fermoselle,Zamora
980 61 34 73
http://www.posadadedonaurraca.com


Hay una gran ausencia en este post. Me perdonarán en el restaurante Las Aceñas de Zamora por no hacerles mención, pero es que, a pesar de ser un clásico anual, esta vez no les hemos visitado. Prometo darles el honor que se merecen el año que viene.

Por último, recordar que tanta gastronomía veraniega no podría haberse disfrutado sin las diestras ajenas que me han echado la mano que he tenido inútil todo este tiempo.
Para todos ellos un abrazo.

(¡IMPORTANTE! Todos estos sitios los he colocado en El Mapa de El Morro Fino).