París, lluvia y macarons

El pasado mayo (voy un poco tarde, lo sé) estuvimos de fin de semana largo en París, de visita a Alejandro y Alba, dos de nuestros amigos distribuidos por mundo.
Mal tiempo, mucha lluvia y bastante frío, según ellos el pan de cada día del invierno parisino. La verdad es que quizás son un poco exagerados, pero lo que sí puedo constatar, y constato, es que el pan de cada día de allí es bastante más bueno que el pan "de cada día" de aquí.
Sin exagerar mucho: todavía me viene el olor de croissant recién hecho en una de las incontables boulangeries donde lo comprarías todo nada más entrar. ¿Envidia en este aspecto? Pues un poquito...

Sin querer generalizar y ni mucho menos criticar:
¿Por qué el croissant más humilde está riquísimo, mientras que en Barcelona los prefabricados de las panaderías franquicia se baten a duelo en cada esquina?
¿Y los bistrots? ¿Existe aquí algo parecido con la misma calidad? ¿Hay que buscar tanto para encontrar un menú a mediodía que se asemeje en calidad y precio “al menú de jour” o “al plat du jour”?
Y,quizás lo más raro de entender: ¿Por qué en los restaurantes de París se puede beber agua sin coste alguno (aquello de “eau de garrafe”) y no morir en el intento?

Es verdad que en nuestro país se come muy bien y que no lo cambio por nada del mundo, pero salí de París pensando que en algunos aspectos el nivel medio gastronómico está, en general, algo más adelantado que el de aquí. Quizás será que veo mucho el programa de Chicote…No sé...

Cito algunos de los sitios que estuvimos. No son, ni dejan de ser representativos, pero quizás a algún lector le pueden ser de ayuda en algún viaje futuro.

1. Macarons. La pastita del delirio francés. Por haberlos, haylos en cada esquina y de todos los colores. Se dice y se comenta que los mejores son los de la casa Ladurée, cuyas tiendas parecen joyerías llenas de las diminutas pastitas al precio de 1.85€ cada una (que cada cual juzgue si lo vale o no). Particularmente nos gustaron bastante más (y nos costaron bastante menos) los que compramos en “Le triomphe”, una pastelería con varias sedes en París y cuyas pastas, trenzas de hojaldre y croissants nos hicieron salivar más de un desayuno.
EL Macaron de Ladurée
Vista exterior de Ladurée cerca de La Madeleine


Macarons de Le Triomphe
Croissant de Le Triomphe
Hojaldre de Le Triomphe




http://www.laduree.com/
http://www.letriomphe.net













2. La Cantine de Quentin. Al lado del canal Saint Martin se encuentra este pequeño bistrot que con su menú du jour nos hizo pasarlo en grande. ¡¡Que bueno estaba todo por favor!!! Un Inolvidable y crujiente pastel de patata y conejo y una pasta por 16 euros.




La Cantine de Quentin
52 Rue Bichat, 75010 Paris, Francia
+33 1 42 02 40 32


3. El Chez Prosper. Carne, carne y carne. Tremenda carne. Seguramente el mejor magret de pato que he probado nunca, amén de los postres, dónde reinaba un goloso tiramisú de Nutella.








Chez Prosper
7 Avenue du Trône 75011 Paris Francia‎
+33 1 43 73 08 51


4. Crêpes a Gogo. Encontramos este sitio al lado de los jardines de Luxemburgo y cerca del Panteón, en un momento de diluvio universal. Esas crepes nos sabieron a gloria...

  


Crêpes a Gogo
12 rue Soufflot, París, Francia (Panthéon)

5. L’Esquisse Gourmande. En Giverny, un pequeño pueblo a una hora de París que destaca por haber sido la residencia de Monet. Casa y jardín de visita obligada. Uno piensa que está dentro de uno de los cuadros impresionistas que pintaba el buen hombre. Dentro de la calle principal, con un restaurante en cada puerta, recalamos en L’Esquisse Gourmande, dónde sirven productos locales y de proximidad. Ensalada y cordero aparte (todo muy rico), el gran descubrimiento del viaje fue sin duda el “café gourmand”: un café con varios minipostres, en este caso creme brulee, arroz con leche, tarta de crema y galleta.




 

L'Esquisse Gourmande
73 bis rue Claude Monet
27620 Giverny
http://www.lesquissegourmande.com/

Nota final:
Pido perdón por adelantado.
Que nadie se rasgue las vestiduras si hay algún gazapo en mi uso de las palabras en francés.
Au revoir!