Me salté abril y mayo.
Estoy decepcionado conmigo mismo porque llevaba tiempo manteniendo el propósito de publicar el mínimo minimorum de una vez al mes y, justamente cuando más tengo para contar, dejo el blog totalmente abandonado. Si mantengo así el propósito de continencia alimentaria que estoy haciendo para meterme dentro de un traje a final de mes, lo tengo claro.
Por lo que respecta a estos meses de ausencia blogosférica, hemos gozado de cocina con mayúsculas, sitios que han superado expectativas y también, porque no decirlo, algún chasco de los grandes, pero que muy grandes (aunque estos no los contaré nunca por aquello del derecho a tener un mal día).
El caso es que el título de esta entrada, que mientras escribo me planteo si google me la dejará publicar tal cual al contener el pornográfico palabro sexo, hace referencia a un gran sitio. Que no se engañe nadie. Le deben de haber llamado Taverna para quitarle trascendencia y llamarlo de alguna manera que permita identificarlo con la cocina de cuchara. Asociarlo al concepto tasca, es más que un error.
Certifico una vez más que el sello Hofmann es un tiro seguro. Su restaurante gastronómico, del que ya hablé, es de aplauso, su pastelería es de escándalo y en este espacio llamado Taverna Hofmann se come de maravilla.
El sitio no es muy grande y no suele resultar el no reservar con un poco de tiempo. Lo dice uno que ha llamado unas cuantas veces para ya y se ha quedado con las ganas. En cuanto a la carta, es tan tremendo como cierto, pero nos apetecía el cien por cien de la misma. Que duro es esto de poder escoger...
Lo que cenamos:
Su pan, tipo focaccia
Buñuelos de bacalao con alioli de ajo negro
Alcachofas con papada. Aquí se ve que hace bastante que pisamos este sitio. Esto estaba muy bueno.
Papillote de judías al almejas. Esta es la imagen que subí al instagram. Con eso lo digo todo.
Costilla de cerdo glaseada. La foto no le hace justicia al plato. Quizás el mejor de todos.
Albóndigas con escamarlanes. Sabroso mar y montaña.
Cheese Cake de la pastelería. Hay un montón de vasitos que te sacan a modo de muestra para que escojas.
Notará el lector más avispado la casual consonancia de la penúltima línea de la factura con el titulo del post...
En este sitio se come muy bien.
Estoy decepcionado conmigo mismo porque llevaba tiempo manteniendo el propósito de publicar el mínimo minimorum de una vez al mes y, justamente cuando más tengo para contar, dejo el blog totalmente abandonado. Si mantengo así el propósito de continencia alimentaria que estoy haciendo para meterme dentro de un traje a final de mes, lo tengo claro.
Por lo que respecta a estos meses de ausencia blogosférica, hemos gozado de cocina con mayúsculas, sitios que han superado expectativas y también, porque no decirlo, algún chasco de los grandes, pero que muy grandes (aunque estos no los contaré nunca por aquello del derecho a tener un mal día).
El caso es que el título de esta entrada, que mientras escribo me planteo si google me la dejará publicar tal cual al contener el pornográfico palabro sexo, hace referencia a un gran sitio. Que no se engañe nadie. Le deben de haber llamado Taverna para quitarle trascendencia y llamarlo de alguna manera que permita identificarlo con la cocina de cuchara. Asociarlo al concepto tasca, es más que un error.
Certifico una vez más que el sello Hofmann es un tiro seguro. Su restaurante gastronómico, del que ya hablé, es de aplauso, su pastelería es de escándalo y en este espacio llamado Taverna Hofmann se come de maravilla.
El sitio no es muy grande y no suele resultar el no reservar con un poco de tiempo. Lo dice uno que ha llamado unas cuantas veces para ya y se ha quedado con las ganas. En cuanto a la carta, es tan tremendo como cierto, pero nos apetecía el cien por cien de la misma. Que duro es esto de poder escoger...
Lo que cenamos:
Su pan, tipo focaccia
Buñuelos de bacalao con alioli de ajo negro
Alcachofas con papada. Aquí se ve que hace bastante que pisamos este sitio. Esto estaba muy bueno.
Papillote de judías al almejas. Esta es la imagen que subí al instagram. Con eso lo digo todo.
Costilla de cerdo glaseada. La foto no le hace justicia al plato. Quizás el mejor de todos.
Albóndigas con escamarlanes. Sabroso mar y montaña.
Cheese Cake de la pastelería. Hay un montón de vasitos que te sacan a modo de muestra para que escojas.
Notará el lector más avispado la casual consonancia de la penúltima línea de la factura con el titulo del post...
En este sitio se come muy bien.
C/ Girona, 145
Barcelona
93 624 17 62