Alkostat, la excelencia de lo cotidiano y el día que, por una vez, me exigiré ser breve


No sé quién inventó eso de que lo bueno, si breve, dos veces bueno.

Yo siempre he constatado que, salvo en casos muy concretos, las cosas buenas, si son breves, tienden a percibirse todavía más cortas de lo que son. Y, la verdad, no conozco a nadie que disfrute acortando algo en lo que se lo esté pasando bien. 

Pero esta vez, y sin que sirva de precedente, haré caso al aforismo literario de Baltasar Gracián (como no podía ser de otro modo, Google sí que lo sabía) y hablaré sin mi abuso de palabrería habitual del restaurante Alkostat de Jordi Vilà. Y, además, resumiré todos los aspectos valorables de un restaurante con un calificativo acorde a la experiencia: excelente. Y poco más a añadir.

Alkostat, está situado encima del restaurante de la fábrica Moritz y comparte sala con el restaurante Alkimia, sin aparentes barreras físicas y separados por un sutil cambio de materiales en la arquitectura del comedor. Se accede por un discreto portal de la ronda Sant Antoni y, tras subir unas escaleras, uno se encuentra con uno de los restaurantes más bonitos que haya visto en Barcelona. 



El sitio es muy acogedor, el personal de sala es espléndido y lo que se come, que són raciones y platillos de comida sin más florituras de las necesarias, está tremendo. 

Curiosidades de la vida, fuimos la misma semana que Ricard Sampere del blog restaurants.cat, a quien no tengo el placer de conocer, pero sí de seguir y, sin saberlo, casi casi pedimos lo mismo. 

Muy buenos calamares, excelente croqueta de pollo, tortilla de la que se deshace, macarrones para hacer temblar a Gaig (pedimos media ración), tartar finísimo y descomunal rabo de buey con tripa de bacalao. Postres, suflé y flan, al mismo nivel de excelencia que la comida y buenísimos los vinos a copas.











No puedo entender que hubieran mesas vacías.
Qué gran sitio.

Alkostat
Ronda Sant Antoni, 41, Principal
(+34) 93 207 61 15