MON. Ciutadella, Menorca

A pesar de que los meses pasan y de que esta noche ya nos han cambiado el horario al de invierno (esa sabia decisión de que a las tres de la madrugada pasan a ser las dos y con ello a media tarde ya no hay sol), en Barcelona sigue pegando un calor de mil demonios. Uno no se hace a la idea de que el verano se fue el mes pasado y todavía tiene prontos repentinos de querer ir a la playa.

Pero hablando de verano, este año estuvimos en Menorca, isla paradisíaca donde las haya, famosa gastronómicamente, por su sobrasada, sus ensaimadas, sus langostas y por la caldereta del susodicho bicho, que dicho sea de paso, al final no probamos.

Crustáceos a parte, la crónica que nos ocupa habla del restaurante gastronómico MON de Felip Llofriu, quien, como dicen los de Montia, ya me "había dado de comer" muy satisfactoriamente en Barcelona cuando llevaba las riendas del restaurante Roca Moo, de los triestrellados hermanos de Girona cuyo apellido compartimos a pesar de no tener nada que ver.

Habíamos leído sobre MON, pero lo encontramos casi de casualidad de paseo nocturno por Ciutadella y fuimos al día siguiente viniendo acalorados de una playa. El lector puede hacerse la imagen de nuestra llegada a 40 grados achicharrantes a la sombra y visualizarla como más trágicamente le apetezca.

El sitio es moderno y lujoso a la vez, con la decoración acorde al hotel. El personal de sala es muy agradable y comentaron que por la noche sirven las cenas en una bonita terraza que tienen.

La carta, nada más abrirla, reza una clara declaración de intenciones: "Nos obsesiona la proximidad del producto". Lo que apunta maneras al principio, aquí no defrauda.

Lo que tomamos:

- Aperitivos cortesía de la casa: pizza (no hay foto, pero sí salen en todas las fotos las migas de una fina pasta especiada con hierbas) y emulsión de yema de huevo con sobrasada servido en su cáscara. Muy buena.



- Pescadito frito con albahaca y limón: unos rollitos de pasta filo (o una de estas que nunca sé cual es) envolviendo a un pescadito con una hoja de albahaca. MUY BUENOS. La albahaca le daba una frescura muy agradable.



- Canelón de pollo. Muy rico. Se lo zampó casi todo mi querida mujer.


- Porcella (cochinillo) con naranja y sobrasada: DE APLAUSO. Tierno por dentro, piel extremadamente crujiente. Tenía unas ganas locas de probarlo y no fue para menos. Éste me lo zampé todo yo.


- De Postre: Ensaimada. Una deconstrucción del dulce típico de la isla con helado de ensaimada, crema de chocolate y cabello de ángel.


Tomé una copa de Binifadet Syrah, vino de la isla, que estaba muy bueno.



Tienen un menú de mediodía de 20 euros con muy buena pinta.

Hotel Can Faustino
Calle San Rafael 9
07060 Ciutadella
Menorca
+ 34 971 489 191
http://www.canfaustino.com/