Título de post con doble sentido.
Este pequeño pueblo costero fue el destino de nuestro primer viaje y lo recordábamos con mucho cariño. Nos hacía mucha ilusión volver, así que lo hicimos hace poco más de un mes.
Mención a parte es la pena que me invade al ver que un sitio tan bonito lo tengamos destinado mayoritariamente al turismo francés. Me vienen a la mente Formentera, paraíso vendido a los italianos, y Mallorca, territorio alemán de habla español. La verdad es que no sé qué nos quedará para los de aquí. Otro día lo hablamos, pero no hoy ni en este blog.
El restaurante Compartir se encuentra en una bonita casa al lado de la riera. El reclamo principal de este sitio es, sin lugar a duda, quien lo dirige: Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas, los últimos jefes de cocina del ya clausurado elBulli.
El sitio es encantador. Tiene un patio exterior con mesas que se asignan por orden de llegada y si llegas un poco tarde y están todas ocupadas, el comedor de dentro también desprende mucho gusto.
La comida, de raciones extremadamente generosas, tiene su toque. Los rasgos de elBulli están allí, pero no se abusa de ellos y a veces aparecen con tanta timidez que uno quisiera pedirles más.
El personal es muy agradable y el día que fuimos nosotros estaba por allí Eduard Xatruch.
El aperitivo, cortesía de la casa, era un Bellini, cava con espuma de melocotón, y una corteza con sabor a gambas y pescado (muy rica).
De primero, pedimos una ensalada de tomate y fresas con hojas de albahaca y parmesano (8.75€) y unos buñuelos de bacalao con aire de miel (9€). La ensalada, sin ser nada del otro mundo, estaba buena y los buñuelos estaban tremendísimos, a pesar de que al aire le faltaba algo de sabor (de ahí lo de la timidez que comentaba antes).
De segundo pedimos una lubina con algas y setas (16.50€) y un mar y montaña de pollo y langostinos (17€). Los dos platos ricos y sabrosos, pero ninguno fuera de lo normal. No tiré foto a ninguno de los dos.
De postre compartimos una "piña colada" (6€), a base de piña cortada en pequeños trozos, ron y espuma de coco, servido todo en una cáscara de coco vacía. Este postre estaba muy conseguido y, de hecho, he copiado la idea de forma vil para hacerlo en casa con el sifón. Algún día escribiré por aquí mi adaptación.
Ese fin de semana nos alojamos en las habitaciones del mismo nombre, que al parecer gestionan los mismos propietarios de la finca. La habitación, con vistas al patio, era sencilla, pero muy chula.
Teniendo en cuenta que me declaro abiertamente forofo de Ferrán Adrià y de todo lo que envuelve a elBulli, me duele en el alma decirlo, pero a mi el restaurante me pareció algo flojo. Esperaba más. Quizás les falte rodaje. A pesar de ello, si se va a Cadaqués un par de días, vale la pena hacerle una visita.
Precio: 61.50€ dos personas con agua y pan
Compartir Cadaqués
Riera de Sant Vicenç
Cadaqués
972 258 482
