Japón, shabu-shabus, sukiyakes y otros dilemas lingüísticos de un viaje inolvidable (Historias de una boda, capítulo 2)



No sé por qué, siempre habíamos imaginado un viaje de novios ambientado en aguas caribeñas, bailando salsa y tomando mojitos. De hecho, así lo teníamos encarrilado cuando un mosquito nos hizo entrar el miedo en el cuerpo y, cosas de la vida, acabamos apuntando hacia el otro lado del mundo.

Y nos fuimos a Japón.


Pienso que intentar resumir un viaje tan interesante y tan bonito en un solo post es del género absurdo y, aunque reconozco que yo muchas veces lo rozo (el absurdo), esta vez intentaré mantener el tipo y únicamente daré cuatro pinceladas distendidas de las cosas que nos parecieron más curiosas.

1. El mito es cierto: ni se entiende nada, ni te entienden demasiado. Lo gracioso es que al final, y todavía no se muy bien cómo, acaba habiendo comunicación. La gente habla japonés y, salvo en los hoteles, poco más que japonés. Además, casi todo está escrito en alguno de sus tres alfabetos: Kanji, Katakana y Hirahana, comúnmente conocidos por los occidentales ignorantes como yo por su denominación intelectual: "letras chinas superchungas". No fue ni una ni dos veces que, después de pasar un rato analizando pictogramas, luego no hubo manera de identificarlos en la calle. A pesar de todo, la gente, por norma general, es muy amable y ponen tantas ganas de entender y hacerse entender que hace que el idioma no sea un problema (del todo). Lo cierto es que encontrar algo en un rótulo en la calle a veces es misión casi-imposible.



2. Que grande es la gastronomía japonesa. ¡Hacen unos caldos y unas sopas tremendas! Además, allí se come de todo: pescado, fritos, algas, verduras, pollo, cerdo y una extraordinaria ternera con vetas de grasa que, sin ser necesariamente de la famosísima región de Kobe, se deshace en la boca.










3. "Lo primero es lo primero, dónde está el cagadero" (no lo digo yo, lo dijo Mike Mayers). Los baños tienen un montón de botones con letras japonesas que no sabes cual pulsar para que no salga (o sí) un chorro de agua directo a tu trasero. Algunos lavabos levantan la taza automáticamente al abrir la puerta y en algunos casos hasta tienen una pantallita, o display si nos ponemos finos, con más letras chinas que aparecen y desaparecen mientras uno está por la labor. A pesar de todo este dispendio técnico, bien es cierto que rara es la vez que no hay papel para el trasero occidental.





4. ONSEN, o baños termales. Como todo aquello está en zona geológicamente activa, tienen unos baños termales que quitan el hipo. Están separados para hombres y mujeres y se va en pelota picada, con una toallita de 30x30cm que te pones dobladita encima la cabeza y que siempre se cae. Nosotros estuvimos en los del hotel Takayama Green Hotel y, tras estar un buen rato charlando con la gente que hacía el viaje, nos dimos cuenta de la capacidad social de estos baños, ideal para cerrar tratos. Al fin y al cabo, no hay nada que esconder cuando uno va desnudo.

5. Los japoneses son amables, educados, limpios y cívicos. Hacen respetuosamente cola para cruzar la calle o subirse al metro. Nadie tira un papel al suelo, ni se choca contigo cuando caminas por una calle abarrotada de gente. Para saludarse, no se dan la mano y mucho menos se besan, se hacen reverencias. La sensación de seguridad en la calle es total y en ningún momento temí por mis pertenencias. Tampoco pisé ni un chicle, ni caca de perro alguna.
Igual que aquí.


6. Terremotos:  Haberlos, los hay y además notamos uno bastante fuerte. Era de madrugada, el hotel temblaba y daba la sensación de que todos los vecinos se hubieran puesto a buscar niños a la vez.
Por lo visto esto es habitual (lo de los terremotos).
Esa noche no volvimos a pegar ojo.

7. Geishas, geikos y maikos. Existen. Se ven en Kyoto. Las aprendices (maikos) salen de la escuela a cierta hora de la tarde y pasean hasta sus casas. Todo lo que envuelve a su mundo es tan enigmático como curioso.



8. Palillos y boles: Sí, allí se come con palillos. Y, si se bebe un caldo directamente de un cuenco, es de buena educación hacer ruido al acabarlo. A más ruido, más te ha te ha gustado. Curiosamente, he probado de hacerlo en casa con gente poco instruida en el tema y todo el mundo me ha mirado mal. Y yo que pensaba que era un cosmopolita.

9. Caro / Barato: Hay de todo. Es verdad que el viaje no es barato, pero el moverse por allí no nos pareció infinitamente caro y pensamos que uno puede encontrar sitios para comer sin dejarse un dineral. 

10. Propinas: Ni las aceptan, ni las entienden. Para ellos es una ofensa que se pueda pensar que por esperar una propina trabajaran mejor. 

11. Lonely Planet: usamos esta guía y nos pareció perfecta para moverse por allí. Tiene algún pequeño error de localización en algún sitio del plano, pero nada preocupante. Esto lo digo ahora, cinco meses después.

Notas gastronómicas:

SOPAS. Una de las sorpresas más gratas fueron los caldos. Hay sopas de todo: de verduras, de pescado, de algas y, el great hit japonés, la sopa de miso (que es una pasta fermentada de soja). Como nuestros caldos, hay tanta variedad como cocineros que las preparan y algunas son más fuertes que otras.
Las tomamos varias veces solas y con fideos, pero sin duda las que vamos a recordar serán las del Kairikiya, en Kyoto. Era un sitio de comida informal que salía en Lonely Planet y la verdad es que la sopa estaba tremenda y muy bien de precio.



IZAKAYAS. Son los bares / tabernas para beber sake y comer, o al revés. Las hay de extremadamente cutres y de extremadamente pijas. Vamos, como los bares de aquí. Cenamos en una, más bien tirando a guay, dónde no bebimos saque, pero sí descubrimos el Oden.

ODEN. Hay un tipo de plato, llamado Oden, dónde se cocinan un montón de alimentos en un caldo. Lo tienen tibio en una especie de bandeja alta y dejan sumergido todos las cosas que se van cocinando allí: albóndigas, verduras, tofu, patatas.... Nosotros estuvimos en un restaurante/izakaya llamado ORE-NO-DASHI muy chulo, donde no se reservaba y comías en una barra en la que veías cocinar detrás a los chefs nipones. Un formato de restauración muy interesante. Lo pasamos en grande. Las fotos no hacen justicia para nada.








WAGYU, KOBE y TERNERA. Mira que fuimos a Japón pensando en que era obligatorio comer ternera de Kobe, región conocida por la excelencia de la ternera de raza Wagyu, pero la verdad es que descartamos esa opción al saber lo que nos iba a costar. A modo de consuelo personal, me digo a mi mismo que tampoco probé la Rubia Gallega cuando estuve en Galicia. Sí probamos ternera japonesa, que no era de Kobe, y alucinamos en colores. En Takayama tomamos un tremendo ninguiri de ternera de Hida en un puesto callejero llamado Hida Kotte Ushi.
Pero la mejor ternera la probamos en un shabu shabu de Kyoto.

SHABU-SHABU vs SUKIYAKE. Gracioso el dilema lingüístico. Estuvimos diez minutos de reloj intentando que todos los camareros del restaurante nos explicaran que era el sukiyake. Como no hubo manera de entenderlo, decidimos pedirlo a cuenta y riesgo de lo que pudiera pasar, junto al shabu-shabu, que sí sabíamos lo que era.
En el shabu-shabu, plato onomatopéyico, se sumerge dos veces un trozo de ternera muy muy fino en un caldo dashi (caldo hecho a partir de la infusión del alga Kombu y bonito seco). El ruido de la carne al sumergirla en el caldo da el nombre al plato y, al ser el corte tan fino, se cuece al instante. Luego se sumerge en una salsa y a vivir que son dos días. Esto fue BESTIAL.





En el sukiyake, se cuece el mismo trozo de ternera en una plancha, se le echa algo de salsa y se pasa por huevo crudo. Personalmente, me gustó más el anterior.

El sitio de Kyoto, MIYABI-AN, era muy chulo y limpio. Hiper recomendable. Cenamos en una mesa tipo japonesa, con espacio para los pies occidentales, en la que te lo cocinabas tu mismo. Si tenéis curiosidad, consultad su web. Veréis que no hay manera de leerlo en otro idioma que no sea el suyo. Oséase, que no hay quien entienda nada.




YAKITORI. Brochetas de pollo. Las hacen de pechuga, de tendones y de otras mil quinientas partes del pollo. Hay que joderse, pero los dos yakitoris que he probado en mi vida, excelentes dicho sea de paso, han sido en Hisako y en el Kak Koy, en Barcelona. Aunque en Kyoto y Tokyo se ven muchos en puestos callejeros, no acabamos de encontrar ninguno que pasara nuestro filtro. Dicen que hay restaurantes especialistas, pero tampoco los supimos encontrar. Habrá que llevarlo preparado para la próxima...

GYOZAS. Son las empanadillas, de origen chino, que se hierven y (o no) se fríen en sarten. Estuvimos en un sitio de Tokyo Harajuku Gyoza-Ro donde se hacían colas para entrar. Estaban tremendas y además estaban muy bien de precio.



TE MATCHA. Es el té hiper verde que ahora te ponen aquí en un montón de bombones. Allí es uno de sus productos estrella y se vende en todas partes. Hacen infusiones, los venden con leche al estilo capuccino y hasta hay helados tipo soft de color verde chillón. El té en si es muy amargo y se disuelve en agua caliente. Estuvimos en una demostración de ceremonia del té, que en su momento encontramos un poco rollo, pero que ahora pienso que no estuvo mal del todo.






MOCHI Y OTROS DULCES. El mochi, buque insignia de la repostería japonesa, es un dulce hecho de pasta de arroz, de colores, a veces rellenos y de textura gomosa también onomatopéyica. A parte de esta bola esponjosa, hay un montón de dulces de todo tipo, con pastelerías que quitan el hipo.



OKONOMIYAKI. Es bastante frecuente encontrar restaurantes donde hay una plancha en la mesa y tu mismo te cocinas los alimentos. Un clasico, dicen que de Osaka, es el okonomiyaki, una especie de revuelto de huevo, verduras y carne que se cocina con salsa en plancha y le dan forma de tortilla (o pizza, dicen ellos). Yo lo probé hace muchos muchos años en Grenoble, cuando Yu, un amigo de unos grandes amigos míos, nos lo cocinó.


Y aquí lo dejo, porque no acabaría nunca.

JAPÓN es un país INCREÍBLE.



Listado de restaurantes comentados y que nos gustaron especialmente.

KYOTO
Kairikiya . Fideos
Miyabian . Shabu shabu

TAKAYAMA
-  Hida Kotte Ushi . Niguiri de ternera de Hida

TOKYO
Ore-no-dashi . Izakaya con oden
- Harajuku Gyoza-Ro . Gyozas


Listado de hoteles que estuvimos y nos gustaron

KYOTO
Okura . Céntrico y muy buen hotel.

TAKAYAMA
Takayama Green Hotel . Tremendo onsen.

TOKYO
-  New Otani Tokyo Garden. Muy buen hotel bien comunicado.

Si alguien está interesado en saber algo más, puede escribirme sin problemas.